Bogóta, Colombia, 28 de abril de 2019.
Un saludo, Muerte.
Desde hace mucho tiempo había querido enviarte éste mensaje. Las demás personas creen que estoy loco por no querer hablar con ellos. Mi padre me aconseja que salga un poco de casa, para que pueda superar un poco lo sucedido, aunque no puedo ver el mundo igual después de lo que pasó. Tal vez para mi religión lo que voy a hacer es un pecado por eso deseo el perdón tuyo y de los demás, pero por fin estaré junto a mí hijo, o por lo menos no pensaré más en lo sucedido.
Muchas gracias por recibir el mensaje.
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